During the first weeks of the coronavirus outbreak in March 2020 in the US, I photographed what seemed like a psychotic new reality in New York City: people buying toilet paper, people wearing facemasks, stores closed, restaurants only for take-out, desolated subway trains, empty supermarkets shelves. Soon, I realized that nitrile gloves and face masks were all over the streets. They quickly became a symbol of the pandemic, traces of the disease, and from my place as a visual storyteller, I documented over sixty of them right from above, as evidence, honoring the initial uses of photography. Initially shared in my social media, these images that also depict a lack of environmental consciousness, will soon become part of a larger global digital archive of COVID-19, with gloves and face masks scattered on the streets of the whole world.
Durante las primeras semanas del brote de coronavirus en marzo de 2020 en los Estados Unidos, fotografié lo que parecía una nueva realidad psicótica en la ciudad de Nueva York: personas que compraban papel higiénico, otras que llevaban máscaras faciales, locales cerrados, restaurantes aceptando solo "take-away", vagones de subte desolados, estantes vacíos de supermercados. Me di cuenta de que había guantes de nitrilo y barbijos tirados en cada calle. Pronto se convirtieron en un símbolo de la pandemia, rastros de la enfermedad, y desde mi lugar como narradora visual, documenté más de sesenta directo desde arriba, como evidencia, en honor a los usos iniciales de la fotografía. Compartidas en mis redes sociales, estas imágenes que también representan una falta de conciencia ambiental, pronto se convertirán en parte de un archivo global digital más grande de COVID-19, con guantes y máscaras esparcidas en las calles de todo el mundo.